Esbozo XXX
No hubiera un surtidor de ventanales
no hubiera un universo porticado
Piso coral y muero en la frontera
terrible de tu pecho nacarino;
caigo de bruces; brota una azucena
rabiosa y mutilada de relente.
Un arrabal recóndito es tu cuello,
que, como lirio esbelto y permanente,
galopa a pleno sol la madrugada
y miente con los últimos fanales.
No hubiera un surtidor de ventanales
para mirarte y verte a cada instante
y escapar con la brisa en los talones;
no hubiera un universo porticado
o un soto reventando de destellos
de luna en la labor de tus collares.
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