XXXI
Tacto de luceros, seda profunda
Tacto de luceros, seda profunda
entregas con la piel continuamente,
lo mismo con el fuego más candente
que con carámbanos lates rotunda.
Frugal tacto que toda te circunda
y de alfileres te hace confidente,
como la adelfa amarga y coherente
de un mar de atardeceres nos inunda
y al albedrío nos condena en vida.
Ya vuelvo al quehacer de mi dolencia,
a la brecha de carne dolorida,
parando lo que me dicta la urgencia,
rodando entre las cuentas de tu brida,
poniendo en tu garganta mi apetencia.
lo mismo con el fuego más candente
que con carámbanos lates rotunda.
Frugal tacto que toda te circunda
y de alfileres te hace confidente,
como la adelfa amarga y coherente
de un mar de atardeceres nos inunda
y al albedrío nos condena en vida.
Ya vuelvo al quehacer de mi dolencia,
a la brecha de carne dolorida,
parando lo que me dicta la urgencia,
rodando entre las cuentas de tu brida,
poniendo en tu garganta mi apetencia.
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