XIII
Tu mirar es tajo y tu ojo es filo;
mi corazón de azúcar y cristales
que abraza las raíces de sus males
y al otoño de algodón da pabilo.
Tu lengua es campana, pende en un hilo,
es hato de promesas invernales
y al rizo de la historia pone sales,
arpa que borda nidos con sigilo.
Otórgame, bien, el hachazo crudo
de tu beso y tu mano azul que duerma
en la mía profunda como nudo
pues huele a fuego tu cintura enferma
y tu completo cuerpo que no pudo
ser luz sino para mi vida yerma.
Tu mirar es tajo y tu ojo es filo;
mi corazón de azúcar y cristales
que abraza las raíces de sus males
y al otoño de algodón da pabilo.
Tu lengua es campana, pende en un hilo,
es hato de promesas invernales
y al rizo de la historia pone sales,
arpa que borda nidos con sigilo.
Otórgame, bien, el hachazo crudo
de tu beso y tu mano azul que duerma
en la mía profunda como nudo
pues huele a fuego tu cintura enferma
y tu completo cuerpo que no pudo
ser luz sino para mi vida yerma.
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