Esbozo XXVIII
En un pozo se ha sumergido el rayo
fugaz con el que me tocó la luna
y se ha quedado flotando en el agua
inerte y semihelada de tus ojos.
En un lago tu voz decapitada
extiende melodías como médanos
y en la convexa bandeja perviertes
la dádiva sublime de tu oferta.
Pero tú persistes y, aunque de lejos,
tu nostalgia supera a la llanura
que la planta de tu pie roza apenas.
Tú te entregas aun después de la entrega
y guardas en tu piel la pura raza
sedienta como un cíclope de arena.
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