XXII
En tu portal me adentro tan lunático
en las horas sin paz que desconoces;
una helada luna de ojos atroces,
una rosa se cuela por el ático.
Escribo excusas en papel apático
y tu beso es un disparate a voces
como un trigo sediento de las hoces,
como una flor en un pensil hierático.
Todo en ti se comprende tan distinto
y todo lo compendias en ti misma
cual guiño al oleaje del instinto,
y todo en ti es un abrupto cisma
pues traes en la brisa un laberinto,
saliva en que la luz busca su prisma.
En tu portal me adentro tan lunático
en las horas sin paz que desconoces;
una helada luna de ojos atroces,
una rosa se cuela por el ático.
Escribo excusas en papel apático
y tu beso es un disparate a voces
como un trigo sediento de las hoces,
como una flor en un pensil hierático.
Todo en ti se comprende tan distinto
y todo lo compendias en ti misma
cual guiño al oleaje del instinto,
y todo en ti es un abrupto cisma
pues traes en la brisa un laberinto,
saliva en que la luz busca su prisma.
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