XLIV
Que mi sombra detiene, que la corta,
segur que irrumpe brusca en mis latidos,
la línea de tus labios definidos,
borde agridulce que inocencia aborta;
viértela en mí como canal absorta
de lluvia, alba de rocíos perdidos
o lengua alzando mundos afligidos
de greda que en mi pecho se desnorta.
Por venerar tu desnudez más pura
el amanecer sale a recibirte
y a tu deshonesta, lunar ventura;
hasta los dioses gimen al sentirte
y, al probar tu marina envergadura,
mueren heridos sin saber herirte.
Que mi sombra detiene, que la corta,
segur que irrumpe brusca en mis latidos,
la línea de tus labios definidos,
borde agridulce que inocencia aborta;
viértela en mí como canal absorta
de lluvia, alba de rocíos perdidos
o lengua alzando mundos afligidos
de greda que en mi pecho se desnorta.
Por venerar tu desnudez más pura
el amanecer sale a recibirte
y a tu deshonesta, lunar ventura;
hasta los dioses gimen al sentirte
y, al probar tu marina envergadura,
mueren heridos sin saber herirte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario