Esbozo LIII
y entonces, lentamente me decanto
Tiene tu mano un halo de misterio
que a raudales horada mis sentidos.
No sé el momento, ni yo sé la fecha
en que hollarán tus pasos mis alcores;
pero sé, como sé que te presiento,
que a veces traza el cielo un intervalo
de música torcida y reincidente
como un ingrávido vuelo de azores,
y entonces, se cuela tu amor tiznado
por las rendijas de mis ojos tiernos
e indefensos, en donde se sublima;
y entonces, lentamente me decanto
en la porosa actitud de mis huesos
como un ángel que el éter desestima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario