Esbozo IX
Vi en tus ojos arpegios de colores,
el cenital delirio de las aves.
Vi trapecios con estrellas colgantes,
perdidas en el azul de la noche.
En tus labios un respirar de alondras,
un pulso centenario desvayéndose
contra la piedra de mi pecho; a ciegas,
el lunático exceso de tu vientre.
Búscame entre el agriado laberinto,
en el corazón de la almendra pura,
en el almidón torcido, en el amplio
tronar con que el mar nos muestra su encono.
Despiértame en el filo de la espuma.
Adiós por todo lo que nunca ha sido.
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