XI
Tú que en los ojos calcinas paisaje,
tú que oyes a los tristes siempre sola
y persistes arrogante como ola
tocando el filo claro del celaje;
tú que navegas farola y oleaje,
que estás presa en la orilla que se inmola,
que esparces fresa, nube, caracola
y guardas la nata en tu piel de ultraje,
moldea, pues, mi nombre con arcilla
y haz una cruz enorme en el espacio
con la daga azul que en tu mirar brilla,
Tú que en los ojos calcinas paisaje,
tú que oyes a los tristes siempre sola
y persistes arrogante como ola
tocando el filo claro del celaje;
tú que navegas farola y oleaje,
que estás presa en la orilla que se inmola,
que esparces fresa, nube, caracola
y guardas la nata en tu piel de ultraje,
moldea, pues, mi nombre con arcilla
y haz una cruz enorme en el espacio
con la daga azul que en tu mirar brilla,
no te canses de soñar en tu palacio
como exhausta libélula amarilla
que sobrevuela el agua, espejo reacio.
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